Los impactos ecológicos del Tren Maya

El megaproyecto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador está pensado para transportar a hasta 40 mil pasajeros al día recorriendo 1500 kilómetros de vías a través del sureste mexicano. A pesar de que se espera la creación de 1 millón de nuevos empleos, muchos científicos y activistas temen que el tren traiga consigo daños irreversibles al fragmentar la selva, reducir y contaminar los hábitats, y alterar sitios arqueológicos.
Un resumen elaborado por el CONACyT en 2019 advirtió de los posibles daños. En éste, se detalla que el paso del tren y su proceso de construcción amenazaría al menos 10 áreas naturales protegidas y casi 1300 sitios arqueológicos. Además, afectaría a más de 143 mil personas indígenas que viven a lo largo de la ruta propuesta por la actual administración. También existe la preocupación de que el proyecto, con el aumento del turismo, empeore la situación de tráfico de personas y drogas.
El reporte aún no se ha publicado y se espera que aún haya oportunidad de corregir la segunda fase de construcción, que tendrá una longitud de 900 kilómetros, para reducir los daños previstos.
La primera parte del proyecto se comenzó a construir en junio de 2020, la cual recorre 635 kilómetros desde Palenque a Izamal. La ruta recorre sabanas, manglares y selvas que son el hogar de miles de especies, muchos de los cuales se encuentran amenazados, como jaguares, tapires, guacamaya roja, el mono aullador de Yucatán y muchas especies de murciélagos.

Los cruces de fauna representan uno de los mayores retos del Tren Maya pues su planeación y diseño necesitan adaptarse a los distintos tamaños y tendencias, tanto para animales grandes y pequeños, terrestres y arbóreos. Así mismo, tendrán que colocarse cercas a lo largo de las vías.
El Volcán de los Murciélagos, en la reserva de la biósfera de Calakmul es otro sitio en peligro. Es hogar de al menos siete especies de estos mamíferos voladores. El ecólogo Rodrigo Medellín Legorreta de la UNAM estima que se trata de la colonia de murciélagos más importante de la región neotropical. Originalmente, la ruta se planeó para pasar a tan sólo 10 metros de distancia. Tras las advertencias de los expertos, se determinó desviar la ruta para que pase por detrás de la cueva. Sin embargo, para no perturbar el bienestar de dichos animales, el tren debería pasar al menos a 700 metros de distancia.
Ante la incertidumbre, académicos y activistas quedan a la espera para ver qué es lo que sucederá con el Tren Maya.