Opinión – Cintas: Los spoiler y la expectativa

Las primeras impresiones de una película o serie son las más importantes. Las compañías buscan la atención del consumidor cuando publican un avance o trailer de sus más recientes producciones. Si no es lo suficientemente llamativo o del interés para una persona, esta no lo consumirá. Si logra cautivar al espectador, creará interés y, hasta cierto punto, expectativa. Pero… ¿Qué pasaría si parte de esa primera impresión fuera saber cómo termina la película o serie?
El tema de los spoilers ha sido un gran debate en cuanto al consumo de contenidos se refiere. Por una parte, existen personas que odian que les cuenten el final de su serie o película esperada. Otras personas lo toman más con calma y no les importa en lo más mínimo. Me parece que el consenso en general, al menos en las personas que conozco, es que preferirían no ser spoileados.
Cuando una persona cuenta el final de una obra de ficción a alguien que deseaba experimentarla, se juega con las expectativas de la otra persona. No solo en cómo pensaba que sería la historia, sino también en cómo la disfrutaría. Pasó recientemente con “Spiderman: No Way Home”. Probablemente alguien suponía que vería la película por primera vez en un cine con sus amigos, sorprendiéndose de cada momento junto con otros fanáticos, solamente para enterarse de la aparición de Maguire y Garfield por una conversación en el metro. Lo mismo pasa cuando esperas mucho tiempo por una conclusión. Un amigo me dijo lo siguiente: ¿De qué me sirve toda mi emoción que tengo desde hace ocho años si me van a spoilear Attack on Titan en un minuto?
Claro, también se juegan las sorpresas de la trama. Recientemente unos amigos y yo vimos “Cordero” de Valdimar Johannsson. Solamente una persona de tres, la que menos sabía de la película, la disfrutó genuinamente.
Sin embargo, imagino que lo que influye mucho en cómo se goza algo es el camino en sí, no el final. Tal vez sepa que Bruce Willis está muerto en “El sexto sentido”, pero si la historia es interesante puede que me guste a pesar de que no era como esperaba enterarme. De igual manera podría pasar con la expectativa del cómo se disfruta. Tal vez ya sabía cómo terminaba “No Way Home”, pero el ambiente de una sala llena mejoró mi experiencia significativamente.
Aún así, creo que hay excepciones a esto. Esperar mucho tiempo por algo crea expectativas enormes. ¿Cómo sanar una herida de algo tan vulnerable? ¿Si sé quién mató a la víctima de una novela de misterio, de dónde sale mi espíritu curioso que se engancha con la historia? No es fácil salir de ese callejón. También sucede con el entretenimiento que necesita un compromiso de tiempo y dinero. Los videojuegos pueden costar hasta 1,800 pesos y durar más de 100 horas. ¿Para qué comprarlo si voy a tener que dedicar gran cantidad de mi tiempo, solamente para llegar al momento que sé que va a pasar?
Cada individuo tiene su propio criterio, incluso sobre qué se considera un spoiler. (¿Contará acaso escuchar parte del soundtrack como uno?) Se trata, pues, de un miedo a no disfrutar aquello que nos apasiona. Pero creo que lo más respetuoso es no molestar la manera en la que alguien quiere disfrutar sus películas y series.