9 de diciembre de 2023

Apalancado

Lo más coherente e incoherente del mundo

22 de marzo, Día Mundial del Agua

La importancia del agua

El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Esta celebración tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030. 

La idea de celebrar este día internacional se remonta a 1992, año en el que tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro y en la que emanó la propuesta. Ese mismo año, la Asamblea General adoptó la resolución por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, siendo 1993 el primer año de celebración.

A esta celebración del Día se añadirían posteriormente eventos anuales específicos en torno al agua (por ejemplo, el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua 2013) e incluso decenios de acción (como es el caso del actual Decenio “Agua para el Desarrollo Sostenible”, 2018-2028). Todo ello no hace sino reafirmar que las medidas hídricas y de saneamiento son clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.

Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible

Este 2022 el foco de atención se centra en las aguas subterráneas, unas aguas invisibles cuyos efectos se aprecian en todas partes. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua). Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.

La vida no sería posible sin ellas. La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales. Asimismo, las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos.

Es por ello que debemos protegerlas de la sobreexplotación -extraer más agua de la que se recarga con la lluvia y la nieve- y la contaminación que actualmente las acechan, ya que puede desembocar en el agotamiento de este recurso, en el encarecimiento de su tratamiento y regeneración y hasta la paralización de su uso.

Este año, reivindiquemos el estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.

Resumen del  2º Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2022

La finalidad de la edición del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2022 (WWDR 2022) es arrojar luz sobre las aguas subterráneas, llamando la atención sobre sus funciones, retos y oportunidades en el marco del desarrollo, gestión y gobernanza de los recursos hídricos de todo el mundo. Las aguas subterráneas – que constituyen aproximadamente el 99% de la totalidad del agua dulce en estado líquido y están repartidas por todo el planeta, si bien de forma desigual – tienen el potencial de proporcionar a las sociedades ingentes beneficios sociales, económicos y medioambientales, entre ellos la adaptación al cambio climático. 

Las aguas subterráneas constituyen ya la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico por la población mundial y alrededor del 25% de toda el agua extraída para el riego, con las que se riega el 38% de todas las tierras de regadío del mundo. Sin embargo, a pesar de su enorme importancia, este recurso natural no se suele comprender lo suficiente y por consiguiente, se subestima, se gestiona mal e incluso se sobreexplota. Habida cuenta de la creciente escasez de agua en muchas partes del mundo, no se puede pasar por alto el gran potencial de las aguas subterráneas y la necesidad de gestionarlas con cuidado. Los múltiples servicios que ofrecen las aguas subterráneas. 

La capacidad que tienen los sistemas de aguas subterráneas de ofrecer diferentes servicios depende de sus características, que cambian a nivel geográfico y están sujetas a procesos dinámicos continuos, tanto naturales como humanos. Estos servicios incluyen: 

• Prestación de servicios, con los que se pueden extraer las aguas subterráneas para el uso (humano).

• Servicios de regulación, que reflejan la capacidad de amortiguación de los acuíferos a la hora de regular el régimen de cantidad y calidad de los sistemas de aguas subterráneas.

• Servicios de apoyo, en los que se basan los ecosistemas dependientes de las aguas subterráneas (GDEs, por sus siglas en inglés) y otros aspectos medioambientales relacionados con las aguas subterráneas.

• Servicios culturales relacionados con las actividades de ocio, tradiciones, valores religiosos o espirituales asociados con determinados lugares más que con los acuíferos. 

Las aguas subterráneas brindan una serie de oportunidades adicionales, como ampliar la generación de energía geotérmica, ampliar la capacidad de almacenamiento para mejorar la seguridad hídrica y ayudar a las sociedades en el proceso de adaptación a los impactos del cambio climático.

Los desafíos

El agotamiento de las reservas de agua subterránea se produce cuando la extracción supera la recarga. Aunque la variabilidad climática y el cambio climático pueden jugar un papel importante, la mayoría de los casos de agotamiento de las reservas de agua subterránea a largo plazo se deben a la extracción intensiva. El índice global agregado de agotamiento de las reservas de aguas subterráneas es considerable: a principios de este siglo, las estimaciones se situaban entre 100 y 200 km³/año (aproximadamente entre 15 y el 25% de las extracciones totales de agua subterránea).La contaminación de las aguas subterráneas reduce la idoneidad del agua extraída para el consumo humano y también afecta a los ecosistemas que dependen de las aguas subterráneas.

Hay muchas fuentes antropogénicas de contaminación del agua subterránea: la mayoría de ellas están localizadas en la superficie o cerca de ésta, pero otras inyectan contaminantes en el subsuelo, a veces a gran profundidad. La contaminación agrícola está muy extendida; es una fuente difusa de contaminación que generalmente incluye grandes cantidades de nitratos, pesticidas y otros agroquímicos. La contaminación de las aguas subterráneas es un proceso prácticamente irreversible: una vez contaminadas, las zonas de acuíferos tienden a permanecer con aguas contaminadas. Habida cuenta de la creciente escasez de agua en muchas partes del mundo, no se puede pasar por alto el gran potencial de las aguas subterráneas y la necesidad de gestionarlas con cuidado.

La información completa puede verse en:

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000380726_spa

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