Opinión – ¿Es Doja Cat xenófoba?

El pasado jueves, mientras regresaba a mi casa de la escuela, navegaba por Facebook cuando me encontré con una publicación que recopilaba varias pruebas con las que se señalaba a la rapera estadounidense Doja Cat por comportarse de forma irrespetuosa con sus fanátiques paraguayes. La publicación relataba que, en el marco del festival Asuncionico 2022 de Paraguay y su cancelación repentina debido a las severas tormentas que azotaron al país, la cantante demostró actitudes insolentes durante su estadía en Paraguay.

Les usuaries narraban cómo desde su arribo al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi el pasado lunes la artista había optado por taparse completamente y pedir que no se le acercaran. Del aeropuerto, se dirigió a su hotel donde se confinó durante toda su estadía, ignorando a les fanátiques que la esperaban afuera. Mientras artistas como Miley Cyrus o Machine Gun Kelly se contactaron con sus fans e incluso se reunieron con elles, Doja no se dirigió a sus seguidores en ningún momento. Rumores señalaron que ella se había presentado en un concierto privado en el hotel que se hospedaba mientras decenas de fanátiques esperaban ansioses fuera del lugar por una respuesta suya. Sin embargo, tras su salida del país, Doja Cat compartió una serie de tweets detallando su experiencia en esos 3 días:
“Hubo una tormenta en Paraguay, el show fue cancelado. Cuando me fui a la mañana siguiente no había nadie fuera del hotel esperándome. Piensen en eso.”
Les fanátiques arremetieron contra la rapera señalándole que estuvieron esperándola fuera del hotel bajo la lluvia. Mas ella continuó expresando su molestia con sus fans paraguayes. Finalmente, cerró su hilo expresando:
“Se ha ido y ya no me importa una mierda, renuncio, no puedo esperar a desaparecer y ya no necesito que crean en mí. Todo está muerto para mí, la música está muerta, y soy una maldita tonta por haber pensado que estaba hecha para esto. Esta es una maldita pesadilla. Dejen de seguirme.”
Sus tweets y comentarios desataron fuertes reacciones de fanátiques y usuaries de todo el mundo, principalmente entre el público latinoamericano, quienes la tacharon de xenófoba y problemática. Por ello, con el fin de indagar un poco en las conversaciones que abre esta controversia, me pregunto ¿es Doja Cat xenófoba?

Aunque reconozco que muchos de sus comentarios son verdaderamente problemáticos, y sin el afán de jugar de abogade del diablo, quiero indagar en las razones detrás de las actitudes de Doja. Para esto, quiero retomar otra de las controversias recientes en las que se vio envuelta la cantante: su desacuerdo respecto a su contrato discográfico.
Hace un par de meses, usuaries de internet notaron que entre los créditos del más reciente álbum de Doja, Planet Her, se encontraba el nombre de una figura polémica: Dr. Luke. El productor Lucasz “Dr. Luke” Gottwald es famoso por la gran variedad de éxitos que sus trabajos han obtenido en colaboración con artistas de música pop. Sin embargo, Dr. Luke también es conocido por enfrentar distintas demandas por parte de Kesha y otras artistas femeninas por abuso sexual. Aunque los veredictos de la corte no han sido claros, muchas artistas del medio han cortado relaciones con este personaje en solidaridad con sus víctimas. Por ello, cuando se hizo pública la participación de Luke en el álbum de Doja, se desató la controversia.
Muches seguidores de Kesha y otres usuaries de Twitter comenzaron a cuestionar a Doja por su decisión de colaborar con Dr. Luke sabiendo del conflicto legal entre él y Kesha. Por ello, en una entrevista para la revista Rolling Stone, Doja reveló que tenía años de no colaborar con él, sin embargo, estaba obligada por contrato a darle créditos en sus canciones aunque ella no esté segura de cuál fuera su participación. Asimismo, el artículo de Rolling Stone recuerda que Doja Cat es parte de la firma discográfica Kemosabe, la cual pertenece a Dr. Luke. Asimismo, todos sus trabajos discográficos han sido publicados por Kemosabe y RCA Records, siendo Dr. Luke acreditado en cada uno de ellos.

Aunado a lo anterior, otra controversia se presentó cuando Doja Cat expresó mediante un live en su cuenta de Instagram su descontento y cansancio por la inmensa carga laboral que han representado para ella la publicación de sus dos últimos trabajos. Recordando que sus álbumes Hot Pink y Planet Her fueron lanzados con sólo año y medio de diferencia (menos de dos meses si consideramos la salida del último sencillo de Hot Pink, Streets, en febrero de 2021 y del primer sencillo de la era Planet Her, Kiss Me More, en abril), Doja ha estado trabajando sin parar en presentaciones, conciertos y grabaciones por más de dos años consecutivos, siendo que hasta la fecha sigue promocionando su álbum. El desgaste físico, mental y emocional que ella enfrenta tras un periodo tan largo de trabajo constante se ha vuelto evidente, y sus fanátiques se han pronunciado al respecto. Muches señalan que es el sello discográfico quien la ha obligado a trabajar de esta manera, principalmente por el descontento y cansancio que ella misma ha demostrado.
Esta sería, en mi opinión, una de las razones por la cuales ella habría actuado de esa manera durante su estadía en Paraguay. Asimismo, el concierto privado en el que participó podría ser parte de su contrato, lo que explicaría su actitud distante durante el mismo. Por ello, es importante considerar y recordar que les artistas responden a sus contratos sin importar su estado de salud físico o mental. La vida de les artistas en la industria musical implica muchas obligaciones y compromisos que pueden representar una gran carga para las celebridades. Muestra de esto han sido casos como los de Justin Bieber, Britney Spears, Amy Winehouse o Lindsay Lohan. Hemos sido testigos de cómo la industria les consume, siempre exigiéndoles más, siempre llevándoles al límite, con la amenaza de que si flaquean un segundo, sus vidas se arruinarán. En los últimos años, miles de celebridades entre actores, músiques, deportistas o artistas gráficos han abierto la conversación de la importancia de cuidar su salud mental, recordando que ningún logro o triunfo vale más que su integridad.
Aunque algunas de sus actitudes y acciones no puedan justificarse (como darle «me gusta» a un tweet con comentarios xenófobos y clasistas), debemos recordar que detrás de la imagen de le artista que consumimos hay un ser humano. Tal como nosotres, las celebridades cometen errores, y aunque debemos señalarles por qué pueden resultar problemáticos sus comentarios y actitudes, de nada nos sirve “cancelarles”. Este sábado, Doja se pronunció en sus redes para pedir disculpas a sus seguidores:
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“Puedo viajar, puedo comer buena comida, puedo conocer a gente nueva, puedo sonreír, puedo hacer recuerdos que soñé tener, puedo apoyar a mi familia y a mis amigos, puedo aprender sobre el mundo, puedo retribuir a todos gracias a ti. Le debo todo a la gente. Les debo mucho.
También me debo mucho. Me debo la oportunidad de abrirme y ser bueno con la gente. Me debo la muerte de mis miedos que no me permiten expandir mi corazón. No viajé a otro país para hacer lo mismo que hago siempre, eso seria inútil.
Viajé porque sabía que había algo nuevo. Gente nueva, cosas nuevas, nuevas historias para aprender. Vine y no di lo suficiente, necesito dar más porque sé que no les he dado lo que merecen.
Me esfuerzo mucho y es agotador, mi sufrimiento viene de las cosas que yo misma hago. No todos los demás. Es mi problema, pero ustedes siempre me ayudan a resolverlo, cuando me apoyan de la forma en que lo han hecho. Lo siento.”
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En esta disculpa yo observo varios indicios de las razones que propuse para explicar su comportamiento. Desde la mención a su esfuerzo, agotamiento y sufrimiento podemos considerar el impacto que ha tenido la incesante presión de la industria en su salud mental. Asimismo, al expresar su gratitud con sus fanátiques y con ella misma, Doja se permite reflexionar sobre sus actitudes para con sus fans. No podemos asegurar que esta disculpa signifique un cambio verdadero en la situación, pero podrá servir de testimonio para ella y otres artistas en el futuro sobre la importancia de priorizar su salud antes que sus obligaciones y contratos.
Quiero concluir este artículo invitándote a ti, lectore, a reflexionar sobre la situación de Doja desde nuestra perspectiva de espectadores. ¿Hasta donde llegan las obligaciones de une artista para con sus seguidores? ¿Qué tanto podemos exigir de elles? ¿Hasta qué punto nuestras peticiones y exigencias responden a nuestros intereses personales y no a los intereses y expectativas que establece la industria? Propongo que, como seguidores, debemos ser crítiques tanto con nuestres ídoles como con nosotres mismes, pero, sobre todo, debemos cuestionar a la industria misma. No permitamos que más artistas sean víctimas de las estrictas expectativas de las disqueras y las grandes corporaciones.

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Esta entrada forma parte de “Preguntas de une chique queer”, una columna que cuestiona tendencias escrita por nuestre periodista Alex Reséndiz.
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