30 de noviembre de 2023

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Opinión – ¿Deben les atletas trans poder participar en competencias deportivas?

Hace un par de semanas escuchamos sobre la victoria de Lia Thomas, la primera nadadora trans en ganar una competencia universitaria de élite en Estados Unidos. Su triunfo no sólo ha dado la pauta para que otres atletas trans puedan aspirar a ganar competencias deportivas, sino que también reabrió el debate sobre la participación de atletas trans en los deportes. La mayoría de los argumentos en contra giran en torno a un punto principal: su ventaja injusta dada su “realidad biológica”. Esta ha sido la justificación mediante la cual le han negado el acceso a competencias deportivas a atletas como la ciclista Emily Bridges, a quien se le negó competir en la rama femenil del Campeonato Nacional Ómnium en Derby, o a la atleta Cece Telfer, a quien se le negó competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, o incluso a la atleta intersexual Caster Semenya, a quien también de le prohibió competir en Tokio 2020 debido a sus altos niveles de testosterona. Pero ¿verdaderamente existe esta ventaja injusta? ¿A qué se refiere esta “realidad biológica”? Para indagar en este debate, quiero comenzar preguntando: ¿deben les atletas trans poder participar en competencias deportivas?

Respuesta corta: sí. 

Respuesta larga: sí, pero antes considero importante cuestionar los argumentos en contra más comunes. Para comenzar con este análisis, primero quiero explicar y desmitificar conceptos clave para esta discusión: sexo y género. Con motivo de este artículo, entenderemos al sexo como el conjunto de particularidades biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos que los distinguen –convencionalmente– entre hombres y mujeres. El género, en cambio, se refiere al conjunto de creencias y atribuciones sociales que responden al contexto histórico y sociocultural de cada individuo. Considero importante señalar que ambos conceptos son constructos sociales, es decir, ambos responden a convenciones establecidas por la sociedad. Por lo tanto, ni el sexo ni el género podrían considerarse “realidades biológicas”. 

Aquí encontramos el primer argumento en contra: la supuesta “realidad biológica” de las personas trans. Este discurso afirma que la identidad de las personas trans no cambia su condición como “hombres biológicos” o “mujeres biológicas”, por lo que consideran injusta su participación en las competencias deportivas. Asimismo, este discurso busca establecer una diferencia entre hombres y mujeres “biológiques” y las personas trans, con el objetivo de segregar al segundo grupo. Esta “realidad biológica” se basa en una definición simplista y limitada del sexo, apelando a la existencia de un “sexo biológico”. Sin embargo, el sexo, como ya lo he planteado, va más allá de una “realidad biológica”.

Laurel Hubbard, primera atleta trans en participar en los Juegos Olímpicos.

El sexo “biológico”, al que suelen referirse estos argumentos trans excluyentes, puede entenderse como la suma de diversas particularidades que, para los fines prácticos de este análisis, pueden contenerse en dos niveles: el sexo cromosómico y el sexo anatómico.

El primero se refiere a la diversidad cromosómica, es decir, las múltiples y variadas combinaciones de los cromosomas X y Y. Erróneamente, se suelen contemplar sólo dos combinaciones: XX, el cual se suele asociar con la mujer, y XY, el cual se asocia con el hombre. Sin embargo, este entendimiento binario y limitado de la diversidad cromosómica ignora por completo la existencia de la misma. Las variaciones de los cromosomas sexuales no se limitan al XX o XY, pues también existen otras combinaciones como XXX, XXY, XXXY, XXXXY, XXYY, XXXYY, entre muchas otras. Esta afirmación responde a varios estudios realizados sobre el tema, como el publicado por la Revista Nature “The Idea of Two Sexes is Simplistic. Biologists Now Think There is a Wider Spectrum Than That” (“La idea de dos sexos es simplista. Biólogues ahora creen que existe un más amplio espectro”) de Claire Ainsworth, en el que se comienza a hablar del sexo como un espectro y no como una categorización binaria. Esta vasta diversidad es la que da lugar a la existencia de las personas intersexuales: personas quienes presentan características físicas socialmente atribuidas tanto a hombres como a mujeres.

El segundo nivel se refiere, precisamente, a las características físicas de cada individuo, desde su estructura ósea y su musculatura hasta sus genitales y gónadas sexuales. La diversidad que hallamos en las variaciones cromosómicas es también evidente en nuestros propios cuerpos. Ningún cuerpo es igual a otro. Aunque las categorías de «hombre» y «mujer» buscan encasillar nuestros cuerpos en dos limitados grupos, atribuyendo a cada uno una serie de características particulares para distinguirlos entre sí, nuestro sexo y nuestra corporeidad no pueden ni deben limitarse a las convenciones sociales basadas en desinformación y en mitos científicos.

Asimismo, es importante resaltar que los cromosomas por sí solos no determinan los fenotipos de los individuos, sino que estos resultan de la combinación entre los cromosomas y las hormonas. De acuerdo con el artículo “Consideraciones generales en el establecimiento del sexo en mamíferos” de Verónica Díaz-Hernández y Horacio Merchant-Larios, publicado por la TIP Revista Especializada en Ciencias Químico-Biológicas, la determinación del sexo es un proceso que consiste de tres principales etapas. La primer etapa refiere a este sexo genético o cromosómico ya explorado, el cual es el resultado de la fertilización y que puede predisponer el desarrollo de fenotipos considerados como masculinos o femeninos. La segunda etapa corresponde a la determinación sexual gonadal “en la que ocurren procesos moleculares que encaminan a la diferenciación de un ovario o un testículo”.

En esta etapa, la presencia o ausencia del gen Sry (Sex Determining Region of the Y Chromosome) es la que determinará si un cuerpo desarrolla testículos u ovarios: “la presencia del gen Sry induce el aumento de expresión del gen Sox9 [Sex determining region Y-box9] encargado de iniciar una cascada de expresión génica, que dirige a la diferenciación testicular. La ausencia del gen Sry en las mujeres desencadena la vía de expresión que lleva a la formación del ovario”. Finalmente, la tercera etapa corresponde a la diferenciación sexual somática: la diferenciación del tracto y los genitales externos. Esta etapa refiere a la producción hormonal y su efecto en el desarrollo de los cuerpos, siendo la testosterona y el estrógeno las hormonas principales en este dimorfismo sexual.

Asimismo, el artículo señala al establecimiento del sexo como un proceso que abarca desde estas etapas tempranas del desarrollo hasta la pubertad, en la que se establecen los caracteres sexuales secundarios. Sin embargo, es importante señalar que en estos procesos de desarrollo sexual también hay cabida a discrepancias, mismas que observamos, por ejemplo, en cuerpos intersexuales y que dificultan un entendimiento binario del sexo.

Chris Mosier, triatleta; Fallon Fox, luchadora; Schuyler Bailar, nadador; Rachel McKinnon, ciclista; Patricio Manuel, boxeador;  y Hannah Mouncey, futbolista.

Por ello, el reducir a una persona al “sexo con el que nació” no sólo invalida su identidad, sino que violenta y vulnera su derecho universal a la autodeterminación y a la libre expresión de su género. Asimismo, el reducir el concepto de sexo a sólo características superficiales genera más preguntas de las que responde. En primera, pone en tela de juicio la definición de lo que significa ser hombre y lo que significa ser mujer, un debate que por sí mismo resulta complejo. En segunda, reduce la identidad de las personas a particularidades físicas, ignorando por completo su contexto social, cultural e histórico. En la discusión de estas incógnitas encontramos el segundo argumento en contra: las ventajas que tienen las personas trans por haber nacido “del sexo opuesto”.

Para presentar mi contraargumento, me propongo a desmitificar el largo proceso de transición que viven las personas transexuales. En primer lugar, quiero indagar en el argumento de la diferencia en la composición ósea de los cuerpos trans. Muchas personas afirman que los huesos de una mujer trans son más densos que los de una mujer cisgénero, así como los huesos de un hombre trans en comparación con los de un hombre cisgénero. Sin embargo, múltiples estudios, como el publicado por el British Medical Journal “Effect of gender affirming hormones on athletic performance in transwomen and transmen: implications for sporting organisations and legislators” (“Efecto de las hormonas de afirmación de género en el rendimiento atlético en mujeres trans y hombres trans: implicaciones para las organizaciones deportivas y les legisladores”), han demostrado los efectos de las terapias hormonales en los cuerpos trans. Respecto a la composición ósea, se ha demostrado que las hormonas afectan la densidad de sus huesos, por lo que los huesos de una persona trans son más frágiles que los de una persona cis. Así se descarta la posibilidad de una ventaja injusta debido a su composición ósea. Caso similar al de la musculatura, misma que también se ve afectada por los cambios hormonales resultantes de las terapias. Por lo mismo, se ha concluido que, con tiempo suficiente de un tratamiento hormonal –entre uno y dos años, dependiendo del deporte–, las mujeres trans no tienen una ventaja explícita sobre las mujeres cis, por lo que no se les debería limitar su participación. Incluso, la participación de mujeres trans no hace daño al desempeño de mujeres cis.

Con este artículo pretendo demostrar que los obstáculos que se presentan para la participación de atletas trans están fundamentados en mitos, ignorancia y desinformación sobre las identidades transgénero y transexuales. A pesar de que ya se ha demostrado la inexistencia de cualquier tipo de ventaja de les deportistas trans ante deportistas cis, todavía nos encontramos con varios casos en los que se les prohíbe su participación en competencias deportivas por su identidad. Sin embargo, podemos congratularnos de reconocer los recientes cambios instaurados por el Comité Olímpico Internacional (COI) en beneficio de les atletas trans. Hasta hace relativamente poco, las mujeres trans veían su participación condicionada a demostrar que su nivel total de testosterona había sido inferior 10 nmol/l por lo menos durante los 12 meses previos a su primera competición (contemplando la opción de prolongar este periodo en casos en los que sea necesario) y que se mantenía a ese nivel. Sin embargo, el COI ha modificado estas regulaciones, argumentando que representa más obstáculos que beneficios para la participación de las mujeres, tanto cis como trans –e incluso intersexuales, como en el caso de Caster Semenya. Se espera que estos cambios a los estatutos permitan una mayor participación e inclusión para todes les atletas, mas reconocen la posibilidad de que, en ciertas disciplinas, puedan presentarse complicaciones que no permitan estos cambios antes de París 2024.

Caster Semenya, atleta intersexual ganadora de múltiples competencias.

Les atletas trans merecen ser respetades, no cuestionades por su identidad y corporeidad. Debemos optar por espacios más inclusivos y diversos en todos los ámbitos, pues la diversidad suma, no nos resta ni limita. Reconozco que este es un tema extenso, lleno de implicaciones a temas mayores que me propongo a indagar en futuras entradas, pero deseo conocer su posicionamiento ante esta situación. Tú, queride lectore, ¿estás de acuerdo con la participación de atletas trans en competencias deportivas? Espero que este artículo te permita reflexionar tu opinión y poder considerar nuevas perspectivas.

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Fuentes:

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Esta entrada forma parte de “Preguntas de une chique queer”, una columna que cuestiona tendencias escrita por nuestre periodista Alex Reséndiz.

Les invitamos a seguir su trabajo en las secciones de Movimientos Sociales y Política Nacional, así como a dar click en la etiqueta “PreguntasDeUneChiqueQueer” al final de esta nota para leer más entradas de la columna.

2 comentarios en «Opinión – ¿Deben les atletas trans poder participar en competencias deportivas?»

  1. Hola Alex buenas tardes, soy el Coach Mike me parece muy interesante el blog que hiciste (felicidades)🤘 en un directo hablamos ligeramente de este tema 🧐 considero que el deporte a nivel competitivo, se adapta al contexto en el que vivimos. Quizás si se pueda permitir su participación en ciertos deportes o incluso crear categorias en ese deporte (No me considero un experto en el tema y solo es una opinión) hay muchas variables que se deben considerar, gracias por darnos una perspectiva de este tema 😁

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