Activistas de Guerrero lamentan encubrimiento en desapariciones por parte de militares

El Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, de Chilapa de Alvarez, municipio ubicado en la Montaña Alta de Guerrero, anunció que “se suma a las recomendaciones del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU hechas el 12 de abril de 2022”.
En un comunicado de prensa, el centro señaló que a 38 años de la conmemoración de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido “las cifras se han multiplicado infinitamente sin que haya verdad, justicia, reparación integral y garantías de no repetición, por el contrario se encubre a los integrantes del ejército, instituciones policíacas, y a los grupos de narcoparamilitares a los que les mandan abrazos”.
Recordó que el pasado 16 de mayo “el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas de la Comisión Nacional de Búsqueda dio a conocer que hay poco más de 100 mil víctimas de desaparición, cifra que prácticamente no conmueve a ningún funcionario, por el contrario, el presidente de México da su apoyo a los militares involucrados en la desaparición de nuestros 43 compañeros de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre de 2014”.
“Guerrero es uno de los estados en que la desaparición de miles de ciudadanos es una práctica común sin que haya verdad ni justicia, existiendo una deuda histórica con los sobrevivientes de fines de la década de los setentas y los ochenta donde militares, paramilitares, cuerpos policiales desaparecieron a cientos de personas sin que a la fecha se conozca su paradero”, afirmó en el comunicado.
Hoy en día “son miles los detenidos – desaparecidos sin saber que las autoridades los busquen y mucho menos investiguen y castiguen a los responsables”, recalca. “Es inconcebible la “impotencia”, cuando en la década de los 70’s fueron más de 23 mil soldados por aire y tierra los que cercaron los municipios de la Costa Grande en busca de Lucio Cabañas. Nadie ignora que con los avances tecnológicos el ejército tiene una inmensa capacidad en inteligencia y capacidad militar”.
Finalmente, el Centro Morelos agregó: “en la región indígena de la Montaña Baja la situación es mucho más grave, pues al terror se han sumado diversos males como las enfermedades, el desempleo, la carestía, la violencia, las necesidades de las niñas y niños, la revictimización de la comunidad, todo esto se traduce en una crisis depresiva que viven las madres, esposas, hijas y otros familiares de decenas de desaparecidos que día con día les resta fuerzas para resolver las múltiples necesidades del hogar, y seguir buscando a sus desaparecidos”.
