Tráfico de aves: entre más bellas, más en riesgo

Investigadores prevén la adición de 478 especies de aves a la lista de posibles víctimas de comercio y contrabando en los próximos años. El estudio fue una colaboración entre investigadores de Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Nueva Zelanda. En su análisis muestran cómo el total de aves comercializadas legal e ilegalmente (que alcanza la cifra de 1,886 especies) pudiera incrementar en un 34%, según los modelos de análisis predictivos aplicados, en los que la probabilidad de estar en riesgo se asocia a la rareza de su color.

B: Diversidad de color por tamaño de efecto estandarizado.
C: Unicidad de color.
D: Unicidad de color por tamaño de efecto estandarizado.
Ellos establecen una fuerte relación entre la rareza del color y la probabilidad de tráfico. Las especies llamativas reciben más atención y, por dicho motivo, los humanos se esfuerzan más en conservarlas, aunque, por la misma razón que buscan su cuidado, desean poseerlas. A los seres humanos les fascina la belleza y en su ilusa avaricia aspiran a conquistar y poseer todo lo que consideran hermoso. Mientras más bello les parece un objeto, más alto es el precio que están dispuestos a pagar, convirtiendo estas especies en mascotas, decoraciones o en trofeos para ostentar.
Los pájaros cantores, Passeriformes o «Perching birds» representan más de la mitad de aves del mundo. El comercio afecta al 30% de Paseriformes. Alrededor de 3,000 especies de aves a nivel global, lo que constituye cerca del 30% de todas las especies existentes, son vendidas como mascotas o como derivados (plumas, huevos, adornos que empleen materiales obtenidos de estos animales); son compradas por su valor estético basado en atributos como el color, la textura, la forma, los patrones; o por sus valores medicinales.

Anualmente se invierten $500 mil millones de dólares en los negocios legales que los comercializan y de $5 a $23 mil millones en el sector ilegal. Productos de alta demanda constituyen las Aves del Paraíso (Paradisaeidae) y las Tejedoras (Ploceidae), ambas pertenecientes a familias sumamente coloridas. Un caso fuerte de compraventa de plumas tuvo lugar entre mediados de los 1800 e inicios de los 1900. Entre las especies más solicitas en esa época se encontraban las Ardea alba (de color blanco), las Paradisaea raggiana (de tonos carmelita-marrón) y la Platalea ajaja (de matices rosados). Los colores más demandados en el mercado son: azur o azul intenso, cian, chartreuse o cartujo (del verde amarillo al azul grisáceo) y verde. Las menos comunes en el comercio son las de colores claros o café. Las especies con los valores más altos en riqueza de color, diversidad de color, rareza del color en promedio por comunidad son originarias del Trópico, zona que cuenta con el 81% de las especies más llamativas.
Entonces, ¿qué nos dicen las estadísticas? y ¿cuáles son las perspectivas a futuro? Pues se espera la reducción de la diversidad y la estética de la naturaleza si no se toman medidas de control. De un total de 3,858 especies de aves cantoras no presentes en las redes de comercio actual, entre 95 y 478 especies presentan un alto riesgo de formar parte de la lista de mercancías.
Given the distribution of color and the association of unique colors with threat and trade, proactive regulation of the bird trade is crucial to conserving charismatic biodiversity, alongside recognition and celebration of color hotspots.
Si las especies más raras son las más caras, eso implica un negocio de altas ganancias, pero lo que no viene incluido en el costo son las afectaciones a la fauna silvestre. Daños que llevan a las especies a la extinción. Encima de ello la relación entre la rareza del color y el riesgo de comercio se hace mucho más notable en especímenes capturados. Las aves que forman parte de esta red de tráfico no son escogidas al azar. Basándose en modelos de simulación este equipo prevé la pérdida absoluta de la diversidad de color de las comunidades aviarias del Trópico (incluyendo el Sureste asiático y el bosque Atlántico Brasileño). Con una pérdida desproporcionada en regiones como el Norte de África y Nueva Zelanda. Y con un mayor impacto en zonas como Australia, los Andes, el Caribe y partes de Norteamérica.