Especial – Us y Nuevo Orden: el terror de la clase media a la revolución

Un poco de contexto
Por décadas críticos del cine, específicamente del cine de terror, han llegado a la conclusión que las películas de terror son producto de la época en la que fueron creadas y de los miedos colectivos que construyeron su realidad. Drácula es un ejemplo; es un hombre seductor, enigmático, que consume la fuerza vital de jóvenes hermosos mientras los corrompe con su sexualidad. El vampiro en la literatura del siglo XIX se utiliza como metáfora de una sexualidad depredadora y peligrosa que asecha a las generaciones más jóvenes ocultando su verdadera naturaleza con su apariencia perfecta, comúnmente este estereotipo recaía y recae en hombres y mujeres homosexuales y representa la materialización de como eran construidas las identidades masculinas y femeninas en Rumania y Europa y lo terrorífico que era salirse de ellas, el vampiro era el terror de una sociedad a salirse de “las buenas costumbres”.
El actor Frank Langella, quien interpretó a Drácula en la película de 1979 de John Badham, desde su perspectiva el vampiro no era “un monstruo chupasangre” sino: “sólo era un hombre con miedo” y que su historia no gira en torno a un monstruo que acecha una comunidad, sino en un caballero que era perseguido puramente con la intención de destruirlo, el actor comenta que la historia del mítico monstruo del cine y la literatura habla más bien de cómo” la ignorancia conduce al deseo de destruir lo que es diferente, y ahí está el sufrimiento de los homosexuales, o las mujeres”.
Lo mismo es con el personaje del hombre lobo. Finalizado el siglo XIX, la caza de brujas y con la llegada del Siglo de las Luces, el mito del Hombre Lobo usualmente era para representar el “peligro” de la envidia o la ambición, el siglo de las luces trajo consigo el rechazo hacia los sentimientos y lo subjetivo, y el hombre lobo era la materialización del monstruo al que un hombre se convertía si se dejaba llevar por sus impulsos, deseos, ambiciones o deseos más animales. Igualmente, a lo largo de la historia, el hombre lobo se ha utilizado para ilustrar a extranjeros, judíos o personas racializadas, especialmente hacia nativos americanos, catalogándolos como criaturas que tienen humanidad, pero que igualmente poseen un lado salvaje e indomable, capaz de matar a una comunidad entera si lo desean.
Igualmente, Frankenstein de Mary Shelley era el miedo de los avances científicos y sus consecuencias, por eso su título completo es “Frankenstein o el moderno Prometeo”, ya que cataloga a Víctor Frankenstein como el Prometeo que fue castigado por los dioses por robar el fuego, que es otra metáfora para el conocimiento prohibido que los seres humanos siempre hemos deseado poseer. Marcando los miedos de la modernidad hasta nuestros tiempos, aunque la modernidad trajo consigo complicaciones y con ella, miedos cada vez más complicados y reales.
Desde esta línea argumentativa y aunque no es una película de miedo per se, la novela y película alemana “Sin novedad en el frente” narra los horrores de la guerra, en este caso la Primera Guerra Mundial, y como advertencia hacia los jóvenes europeos de 1929 para dejar de buscar ser héroes de guerra y que se cuestionen para quien y qué están luchando, sin embargo poco después, estallo la Segunda Guerra Mundial y el libro se prohibió en varios países de Europa; en Alemania fue prohibida por el partido Nazi por ser anti-Alemana, y en los demás países por ser pro-Alemania, probando que la guerra poco tiene que ver con el país de uno y más con la política y los intereses de unos pocos.
Después de la Segunda Guerra Mundial y de las dos bombas atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki, el terror alrededor del potencial destructivo de la energía nuclear y la popularización del cine, trajeron consigo películas alrededor del ahora conocido Terror Atómico; desde monstruos enormes consecuencia de la radiación como Godzilla, a películas más enfocadas a dar ansiedad alrededor de una posible guerra nuclear como War Games y The Day After. Esta narrativa continúo hasta los días de la Guerra Fría, donde el cine se utilizaba como herramienta antisoviética, creando un fenómeno social y cultural conocido como el Red Scare, donde casi todas las narrativas en los medios giraban en torno al anticomunismo, sobre todo en Estados Unidos, donde se trataba de pintar a La Unión Soviética como un enemigo silencioso que nos espía y vigila mientras nosotros vivimos “pacíficamente”, esperando el mejor momento para atacar.
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¿Y todo esto que tiene que ver?
Desde tiempos inmemorables las clases altas siempre han esperado con los pies en el filo de la cornisa que las guillotinas salgan y que las cabezas empiecen a rodar, con esto, en los 90s y principios de los 2000s, el género de terror Home Invasion nació.
La violencia caracteriza especialmente al género del terror, pero no toda violencia sangra, la exclusión y la precarización son ejemplos muy reales, y lo que ha hecho el Home Invasion es materializar sus consecuencias y explicar el terror que se vivirá por parte de aquellos que vivieron mucho tiempo cómodamente a costa de los demás.
Us, de Jordan Peele, desde donde nos cuenta su historia, y según Natalie Wynn en su video sobre la Envidia, “es la expresión de la culpa de la clase media sobre su privilegio y miedo hacia la envidia”. La película no habla sobre la clase obrera, sino sobre el monstruo que es y su potencial destructivo, esa es la razón por la que ellos son los monstruos y nosotros, la clase media, solo tratamos de escapar y sobrellevar la invasión y destrucción de nuestras “perfectas” vidas. Esto se puede ver de forma más explícita cuando en la película se cuenta una pequeña historia:
“Hacía una vez una niña, y la niña tenía una sombra. Las dos estaban conectadas. Cuando la niña comía, su comida estaba caliente y deliciosa. Pero cuando la sombra tenía hambre, tenía que comer conejo crudo y sangriento.”
Esta historia habla sobre la ansiedad que siente la clase media al vivir a través del sufrimiento de las clases inferiores y del “divino castigo” que llegará junto con la revolución de clases, un cuento que nos advierte sobre lo que perderemos cuando los que nos sirven y sufren por nosotros no deseen hacerlo más.
De igual manera Nuevo Orden, de Michel Franco, nos cuenta la misma historia, solo que esta vez, en vez de enfocarse en la clase media estadounidense, se enfoca en las clases más altas de México y de forma explícita nos muestra la violencia que se llevaría a cabo si un día en nuestro país se llevará a cabo tal levantamiento. Aunque las películas de Peele y Franco son conceptualmente parecidas; dos familias acomodadas tratan de disfrutar un evento especial y son atacados por aquellos que sufren en su nombre. Peele, a mi parecer, trata de hacer un discurso totalmente diferente al de Franco.
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*SPOILERS*
Aunque en Us estamos constantemente a favor de los Wilson, el final nos sorprende descubriendo que Adelaide, interpretada por Lupita Nyong’o, es originalmente Red, la sombra que vivía en las profundidades, que logró salir y tomar el lugar de la verdadera Adelaide cuando eran tan solo unas niñas, destinándola a una vida de sufrimiento en las tinieblas. El final no solo nos hace cuestionar qué tan justo o no fue el levantamiento de las sombras, sino que nos hace preguntarnos cuánto merecía la falsa Adelaide de su vida después de haber tomado el lugar de alguien más para que sufriera por ella, pero igualmente, sabiendo que lo único que deseaba era una vida mejor.
El final de Nuevo Orden es mucho más complicado — para no decir absurdo— que eso, a mi parecer es una película que pudo haber estado al lado de Us a la hora de hablar de películas que critican la clase, la violencia y la guerra, pero el final simplemente no nos deja ninguna especie de crítica o pregunta, las cosas parecen pasar porque si, no hay razones lógicas aparentes para que los militares fueran asesinados, al igual que Marianne.
Otra crítica que se le dan a la película son sus tintes clasistas y racistas, fuertemente impulsados por comentarios del director, pero como ya expuse anteriormente, el género del Home Invasion es clasista en sí, por su forma de caracterizar a los invasores y a los invadidos, pero sin duda no se puede ignorar que la raza de los directores y de los actores tiene mucho que ver con lo que tienen que decir las películas.
Sin duda alguna, Peele tomó el género y le dio la vuelta, haciéndonos cuestionar nuestros propios valores y culpas, y Franco, perdió una muy buena oportunidad para comentar sobre la clase, la raza, la política y la corrupción en un país donde solo sé suele escuchar a personas como él, pero todo se quedó como una gran decepción.
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REFERENCIAS
- Martines, M. (2018), “El hombre lobo en la literatura”, Capítulo 1 : https://capitulo1.escueladeformaciondeescritores.es/el-hombre-lobo-en-la-literatura-2
- Flores, A. (29 octubre 2021) “Homosexualidad y vampiros: de la metáfora al imaginario cultural”, Homosensual: https://www.homosensual.com/cultura/homosexualidad-y-vampiros-lgbt-de-la-metafora-al-imaginario-cultural/
- Wendigoon. (16 septiembre 2022). “Frankenstein – The Original Horror Story”. Fuente : https://youtu.be/VbO9qJdXpYU
- Contrapoints. (7 agosto 2021). “Envy”. Fuente : https://youtu.be/aPhrTOg1RUk
- López Montero, P., (17 julio 2018). “Home Invasion”, Cinedivergente: https://cinedivergente.com/home-invasion/