4 de diciembre de 2023

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Opinión – Los ídolos de los “rechazados”: Asesinos seriales y hasta dónde nos lleva la empatía

¿Para qué nos sirve tener héroes? Para los griegos los héroes eran los muertos memorables, aquellos que vivieron para mejorar la vida de los hombres, eran ejemplo y marcaban un camino el cual seguir, desde nuestras morales a cómo debemos relacionarnos con los demás. Incluso influenciando filosofías de vida como el Estoicismo. Pero actualmente ¿quiénes son nuestros ídolos?. 

A pesar de que los asesinos en serie son responsables de menos del 1% de los homicidios en EU y no más de dos docenas están “activos”, según Scott Bonn, sociólogo y criminólogo de la Universidad de Drew en Nueva Jersey. Las visitas guiadas por los lugares donde se cometieron asesinatos siguen atrayendo multitudes. Desde Manson, de Richard Ramires, hasta Jack el Destripador.

James Hoare, editor de la revista Real Crime, opina que los asesinos en serie “representan algo de proporciones épicas, antihéroes verdaderamente monstruosos, como los de las historias de horror que nos contaban cuando éramos niños”. La mayoría de la gente le teme a la muerte, pero también no pueden evitar sentirse interesados por ella. El supervisor de la Unidad de Ciencias del Comportamiento en Quantico, Virginia y ex agente del FBI, Thomas Neer comenta que: 

“No hay una explicación única del interés por los asesinos. La fascinación por el mal, el interés por los asesinos. La fascinación por el mal, el interés legítimo en la investigación criminal, el deseo de entender la mente del asesino o de superar el temor al enfrentarlos indirectamente, el placer vicario de ver a las personas como víctimas pueden ser razones; otros se identifican con los asesinos porque ellos mismos tienen fantasías de matar. Y están aquellos cuya baja autoestima los atrae hacia los que tienen la reputación de malos.”

Igualmente con las celebridades y de cómo vivimos nuestras vidas alrededor de las suyas, los asesinos seriales se convierten en un poderoso imán cultural. Adquirimos gran parte de nuestros conocimientos, ideas y habilidades copiando a los demás, y junto a la presencia de los medios masivos de comunicación que nos permiten ver a otras personas que nos desconectan de nuestra vida ordinaria, los hacemos parte de nuestro día a día. Pero a diferencia de las celebridades, los asesinos seriales nos permiten ver nuestros deseos más oscuros desde una pantalla.

Algunos dicen que este comportamiento de rockstar tanto de los asesinos seriales como de sus “fans” tienen mucho que ver con el cambio de perspectiva hacia los crímenes violentos impulsada por los medios de comunicación en los últimos años. Películas, series, cómics, libros y artículos que utilizan crímenes horribles y reales como entretenimiento nos desensibilizan, especialmente cuando los consumimos constantemente, ya que uno pierde el suelo tratando de nadar en aguas peligrosas, sobre todo cuando no se sabe dónde está el borde. 

Tampoco vamos a decir que todo esto es culpa de estos medios audiovisuales, no podemos ser negligentes al respecto, especialmente cuando se llevan décadas repitiendo lo mismo como excusa para no reflexionar sobre nuestras fallas como sociedad. El problema nace por un conjunto de ingredientes específicos que culminan en este estereotipo de admirador del true crime tan desconectado de su realidad que no llega a comprender que lo único que logra entretenerlo es la muerte y la violencia, y que eso, es una desgracia social en sí misma.

Comúnmente en esta discusión se usa mucho la palabra “romantización”, pero muchos no llegan a comprender el significado de esta palabra. No solo se romantiza cuando se desea, ya sea de forma romántica o sexual a un asesino serial, sino cuando cruzamos la delgada línea entre una empatía humana y completamente natural hacia estas personas, —ya que muchos asesinos seriales tienen tanto infancias como vidas llenas de violencia, abusos y odio y podemos simpatizar hasta un punto con sus circunstancias— a encontrarnos con el lado obsceno y morboso de nuestros intereses más oscuros. 

Como he aclarado anteriormente, muchas personas, sobre todo adolescentes, idolatran a estos asesinos desde el morbo, el amor enfermo y la proyección; con el aumento del contenido true crime como parte de nuestro día a día y su hipnotizante fascinación, no es sorpresa que algunos incluso llegan a tratarlos como súper estrellas del cine, la televisión o el internet. En 2014, más de 70 millones de usuarios descargaron el podcast Serial cuando este investigó el asesinato de Hae Min Lee en 1999 cuando anteriormente ningún podcast había superado las 5 millones de descargas. 

Este problema se agrava cuando solo se nombran a los asesinos en los medios, dándoles aún más notoriedad, parecido a lo que hacen con los famosos cuando hay alguna controversia a su alrededor, o cuando el mismo Hollywood hace películas o series utilizando a los actores “del momento” para representar a estos asesinos como personajes misteriosos, incomprendidos y sexualmente atractivos, olvidando o dejando de lado muchas veces a las víctimas y a las familias y seres queridos a quienes les destrozaron la vida. La fama siempre ha sido deseada por muchos, pero la infamia que llega al cometer crímenes horribles parece más atractiva a aquellos que de por sí tienen deseos de violencia y la ven como un método de conseguirla, como el caso de Bianca Devins o Jo Stoddart; chicas que fueron asesinadas por adolescentes que solo buscaban fama en internet. 

¿Quién no disfruta una buena película de terror?, eso no lo discuto, pero ¿hasta cuándo deja de convertirse en entretenimiento y empieza a ser explotación? La respuesta depende de cada uno, pero es importante mínimamente, como sociedad, marcar límites morales y éticos sobre las cosas que consumimos, evidentemente sin dejar que toda la culpa caiga solo en nosotros, ya que no podemos negar que los altos ejecutivos de las empresas y estudios, los directores y escritores toman gran parte de las decisiones sobre este tipo de películas y series, al igual que deciden como las víctimas y los victimarios van a ser representados a millones de personas, sobre todo a la sociedad que no llegan a comprender lo horroroso y violento de estos actos, ya que por su mismo peso, muchas veces es imposible de imaginar. 

Es imposible nombrar una sola razón por la cual esta fascinación inicia, pero sin duda, es posible hacer que la gente sea más consciente a la hora de saciar sus necesidades de entretenimiento mediante la violencia. Como individuos hay que revisar nuestro propio comportamiento constantemente, para evitar que nuestro miedo de estar aburridos nos permita consumir desgracias y violencia como único escape, y como comunidad, hay que buscar una forma de que este tipo de películas y series no se enfoquen en dar más fama a estos personajes, y más bien que sean herramientas para verdaderamente contar la historia de las víctimas sin caer en la explotación, e incluso aceptar cuando la misma familia pide que se deje de hablar del tema, por el bien suyo y de la víctima.

Por último, en la parte de las referencias, compartiré un video que busca empezar un diálogo sobre cómo la salud mental y como suele representarse en películas de terror o Thrillers, como la esquizofrenia, la depresión, el trastorno múltiple de la personalidad, entre otros, y cómo estos han impulsado ciertos estereotipos contra aquellos que padecen de lo mismo que sus personajes y como estigmatizan la salud mental de aquellos que no han hecho nada malo, pero aun así son aislados de la sociedad, impulsando a su vez, que este tipo de actos violentos se puedan volver a repetir.

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Arte original de Regina Domínguez López

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👻🧟 Esta entrada forma parte de nuestro especial de terror #Horrorizante 🧟👻

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REFERENCIAS: 

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