Especial – Quienes aman el cine de horror no son psicópatas: 4 razones científicas de por qué a la gente le gusta

El contenido del cine de horror o terror está conformado por elementos impactantes, sórdidos, desagradables, atemorizantes, pero curiosamente es muy llamativo. Es amplio el público que disfruta de este género en cualquiera de sus formatos: libros, videojuegos, filmes, imágenes o audio-relatos. En contraparte hay parte de las personas que ve como aberrante este tipo de multimedia. Lo que lleva a preguntarse “¿por qué?”. Qué motivos subyacerán a nuestros gustos y conductas. La respuesta a esta pregunta deriva en el clásico juicio moral sobre si está bien o está mal, sobre si es reprochable o no. El juicio moral puede quedar como debate interno de cada lector, yo solo mostraré argumentos que respondan la primera interrogante.
Sonará muy trillado, pero en mi experiencia personal disfruté mucho del podcast de “Fausto” narrado por Damián Alcázar, un thriller con elementos de horror. La banda sonora me ayudó a canalizar especialmente las emociones de repulsión y espanto; sin dejar de mencionar el tono de voz del narrador y los efectos especiales. Para ser mi primera experiencia con el género en esta forma de narración, puedo decir honestamente que fue increíble. Atesoro particularmente dos escenas -cuando hallaron el cadáver y en segundo lugar cuando van en busca de uno de los personajes a un lugar lúgubre y muy apartado, sumido en la más pura inmundicia-. A ambas las escogí por la calidad de la descripción. Escuchando, pude sentir el olor a muerte elevándose, los vapores de la descomposición, la sangre; sentí a las ratas escabullirse por los rincones como si hubiera estado dentro de aquella casa. Con cada detalle experimenté vívidamente cada escena, cada imagen en mi mente. Tiempo después pensé con más detalle, por qué. ¿Por qué escuché ese podcast en primer lugar? ¿Qué me atrajo? ¿Qué puede tener como para desarrollar en mí esa necesidad de escucharlo hasta el final?
Para todo esto -y más dudas- existe una explicación racional. La atracción por este género cinematográfico no los convierte directamente en personas morbosas ni perversas. En la mayoría de los estudios el objeto de estudio es el cine -de horror y de géneros similares-. Donde se analizó cada elemento de estos y su relación con las personas que lo consumen. A partir de estos estudios se elaboraron diversas propuestas, alternas a la suposición de que estas personas presentan “rasgos oscuros de personalidad”, como pudieran ser las tendencias maquiavélicas o narcisistas. Entre las hipótesis más fuertes están: (1) la búsqueda de emoción, que también tiene que ver con la edad; (2) la teoría de la empatía fantástica -que refiere al grado de vinculación de los espectadores con los personajes ficticios-, vinculada con el miedo y la expectativa de la resolución del problema. Otro aspecto por tomar en cuenta es (4) la personalidad, cómo los rasgos individuales influyen en el modo de apreciar y disfrutar el cine. Otros autores mencionan (3) ciertas diferencias entre el sexo femenino y el sexo masculino en cuanto a motivos por los que ven las películas y sus reacciones. Las anteriores teorías explican con otra visión esta atracción, tan incomprensible para ciertas personas.
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En primera instancia qué es el horror
No hay una definición única ni indiscutible de lo que es el horror. Podemos afirmar que hay una relación entre el terror, el horror, el gore y el thriller. El propósito de estos filmes es causar en el espectador la sensación de “escalofrío”. Tiene una estética particular que se diferencia del resto en su estilo y banda sonora. No necesariamente involucran monstruos o criaturas sobrenaturales, pero hay una presencia invariable de la maldad canalizada en una un ser humano, una criatura, una fuerza sobrenatural o incluso una fuerza natural (cucarachas, cocodrilos, tiburones, ratas…); o como diría Mathias Clasen, profesor de literatura de la Universidad de Aarhus en Dinamarca: “a pure and unmotivated desire to inflict suffering”. Freud define el horror de una manera muy interesante como «unheimlich» en referencia a la idea de “todo aquello que debería haber permanecido oculto y en secreto, pero ha salido a la luz”. Stone define al horror como lo que nos confronta con lo repugnante y lo fascinante a la misma vez.
El horror moderno tiene raíces en el horror gótico, sin embargo, la literatura de la época vitoriana ha sido de mayor influencia, representado por figuras como Frankenstein, Dorian Grey, Drácula o Dr. Jekyll y Mr Hide. Siendo los filmes modernos -en muchos casos para no absolutizar- una re-imaginación y re-adaptación de los textos victorianos. Algo que caracteriza a la cinematografía de horror es su empleo de la música. El efecto de sobresalto o «jump scare» es una de las herramientas más explotadas, se logra mediante un largo periodo de silencio con una repentina aparición de un sonido estridente.
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1.En busca de emociones
El grado de sobresalto se mide a través del parpadeo. Ante un estímulo auditivo repentino se produce el parpadeo involuntario. Curiosamente se pudiera pensar que cuando sabes lo que va a suceder, reaccionas menos; sin embargo, la realidad es que ocurre todo lo contrario. El efecto de sobresalto se potencia cuando las personas anticipan el peligro, y es más fuerte ante estímulos desagradables. Es como si la sensación se elevara a la cuarta potencia, elemento clave para individuos que buscan emociones más fuertes. Entre las principales emociones que atrae a las personas hacia el horror están: la incertidumbre asociada a la tensión, el miedo, la expectativa de resolución del problema (por ejemplo: que se selle el espíritu o que alguien sobreviva). Este último es un poco controversial debido a que algunos autores plantean que los espectadores consideran igual de disfrutables películas donde hay una resolución que aquellas con un final inconcluso.
Por otro lado, el papel del miedo como un factor atractivo es más fácil de elucidar, ya que la presencia de amenazas evoca en el ser humano una respuesta de alerta, un “subidón”, esa sensación de ser recorridos por un torrente de adrenalina pura. Así que a ciertas personas les atrae el terror por esta sensación prolongada y sostenida de activación que les produce. Alice E. Hall, (destacada investigadora en psicología y medios de comunicación) y Cherryl Campanella Bracken (doctora en Medios Masivos y Comunicación y profesora en la Universidad Estatal de Cleveland) profundizaron en cómo quienes preferían el horror gráfico eran individuos que presentaban un menor grado de temor. Entonces el disfrute del horror no necesariamente es producto del disfrute del dolor, la violencia y la destrucción; sino que puede estar asociado con el miedo, el peligro, la adrenalina.
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2. La empatía
El grado de conexión o identificación con un personaje ficticio se denomina «empatía fantástica», que se diferencia de la empatía por las personas reales. Poca empatía fantástica está asociada a un alto disfrute de las películas de horror. Ron Tamborini, profesor del departamento de comunicación de la Universidad Estatal de Michigan, afirmó que bajos niveles de empatía estaban vinculados con mayor disfrute del horror gráfico. Esto no quiere decir que los espectadores se contenten con el sufrimiento ajeno, sino que no les causa tanta perturbación.
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3. La personalidad
Las características personales de cada individuo influyen en sus motivaciones y sus gustos. En el estudio de Cynthian M. King (profesora de comunicación en la Universidad Estatal de California) y Nora Hourani, los espectadores de alto gore y thriller disfrutaron más el final tradicional donde el antagonista es destruido, que un final alternativo en que el antagonista revivía. El tradicional les pareció más impredecible (según los de alto gore) y más atemorizante (según los fan de alto thriller). La inteligencia como tendencia a la actividad imaginativa fue de otro los principales predictores del consumo de este tipo de género, de acuerdo con los estudios de Clasen. Las personas con menos susceptibilidad al aburrimiento dieron menos opiniones negativas sobre las películas de horror. Y mientras más particularidades se tomen en cuenta, aparecerán más razones para ver cine de terror.
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4. Diferencias entre los consumidores del sexo femenino y el sexo masculino
En el contexto actual es espinoso hablar de sexo o género. Hay demasiados factores para tomar en cuenta desde el punto de vista biológico, contextual, cultural… etcétera. Probablemente valga la pena revisar estos estudios, que anteriormente se realizaron considerando una perspectiva binaria. Aun así, realizaron aportes valiosos. Entre los resultados, reportan que los hombres tienden a consumir más materiales de horror. Los motivos son diversos, algunos estudios plantean que se debe a que experimentan menos miedo, otros lo justifican por las expectativas sociales de que las personas de este género no expresen esta emoción. Paralelamente se enuncia que las mujeres tienen mayor sensibilidad al desagrado -viendo el desagrado como una respuesta de supervivencia- y por ello tienden a consumir menos.
“It seems an unaccountable pleasure which the spectators of a well-written tragedy receive from sorrow, terror, anxiety and other passions, that are in themselves disagreeable and uneasy” – David Hume-
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Referencias
(Why) Do You Like Scary Movies? A Review of the Empirical Research on Psychological Responses to Horror Films. Doi: 10.3389/fpsyg.2019.02298